En el siglo XX. Conocida por su magnanimidad y compromiso social, esta dama de la Azucena Butteler fue una figura emblemática del Buenos Aires de principios de la aristocracia porteña dedicó su vida a mejorar la calidad de vida de los sectores más vulnerables de la sociedad. Su contribución más recordada fue la donación de un terreno en el barrio Parque Chacabuco para la construcción de viviendas destinadas a los obreros, un proyecto que marcaría un antes y un después en la historia de la urbanización porteña.
El terreno, delimitado por las calles Zelarrayán, Senillosa, y las avenidas La Plata y Cobo, se convirtió en el primer espacio donde el Estado argentino, bajo la Ley de Casas Baratas (Ley 4824/05), construyó viviendas económicas con un diseño digno y habitable.
Durante sus años más activos, la calle fue transitada por figuras emblemáticas de la farándula, destacándose leyendas del tango como Carlos Gardel y Enrique Santos
Discépolo. En la década de 1970, la plaza fue renombrada oficialmente como Plaza Enrique Santos Discépolo, en homenaje al célebre compositor. Sin embargo, el nombre
Butteler permaneció vivo gracias a los hinchas de San Lorenzo. Desde la década de 1950, comenzaron a reunirse allí para organizarse y expresar su pasión por el club, convirtiendo el lugar en un símbolo de identidad azulgrana.
El vínculo entre la Plaza Butteler y San Lorenzo se consolidó en 1959, un año inolvidable para el club, consagrado campeón bajo la dirección de José María Barreiro.
Fue en aquellas reuniones en la plaza donde los hinchas cuervos decidieron que su punto de encuentro, antes de cada partido en el Gasómetro de Avenida La Plata, sería detrás del arco del fondo del estadio. La hinchada, que alcanzó gran notoriedad en los años 60, dejó una huella imborrable en la historia del fútbol argentino.
Sin embargo, lo que Azucena nunca imaginó es que su apellido quedaría inmortalizado no por su filantropía, sino como emblema del fervor futbolístico: la Gloriosa Butteler, la famosa hinchada de San Lorenzo de Almagro, la que el mundo entero imita y que delira cada domingo cuando CASLA sale a la cancha.
(Por F.Q.)
Restauración digital de una foto encontrada
en un antiguo libro: el rostro de azucena
