Ayer fue uno de esos días que nos recuerdan por qué hacemos lo que hacemos.

Gracias al esfuerzo de socias y socios de la Peña, y al trabajo del Polo de Liberados, se entregaron 20 caballetes al Club San Lorenzo de Muñiz, nuestro querido espacio de encuentros y reuniones.

Pero lo más importante no son solo los caballetes, sino las historias que cargan consigo: manos que recuperan el oficio, personas que eligen volver a empezar, un club de barrio que siempre abre sus puertas, y una peña que tiende puentes donde otros levantan muros.

Porque en esta oportunidad, Cuervos de San Miguel fue ese puente: entre quienes trabajan por una segunda oportunidad y quienes sostienen, día a día, la vida de club.